Cuando las cosas escapan de las manos.

La enfermedad y posterior muerte de mi padre político -Mi suegro- me alejó del foco y vengo ahora con mejor visión de un trabajo mas frecuente y mas conciso.

El caso mencionado ha implicado la diferencia entre tener o no un buen seguro médico: Diagnóstico, acceso a una medicina medianamente de nivel, estadía y tratamiento en un centro clínico bien preparado y lamentablemente en el deceso, uso de otras coberturas y beneficios de la póliza: Indemnización por muerte y gastos de entierro a beneficiarios.

En los últimos dos años y debido al fuerte incremento de prima visto por cuestiones de tarifa actuarial (edad) mas la dinámica de ascensos en el mercado por inflación, los responsables de la póliza en su pago titubearon si continuar o no su pago pues era una idea responsable de sus hijos. Se esforzaron y aquellos siete años de casi ningún siniestro (Cataratas que yo recuerde como único evento) se compensaron de sobra con el cumplimiento de la aseguradora en sus obligaciones.

Es una lástima que él no haya vivido para contarlo. La vida puede ser así.